domingo, 22 de mayo de 2011

Aquel extraño elemento

Texto extraído de la web: Basket4Us.com

Qué serían de los equipos sin los hombres de banquillo. Sin esos extraños elementos que aparecen cuando menos te lo esperas y, que incluso, te ganan partidos sobre la bocina.

De esos “Sixth Players” ha resaltado, a mi parecer, Robert Horry. El ex jugador de Rockets, Lakers y Spurs era uno de esos expertos en el llamado “Clutch Time” o tiempo decisivo de los últimos cuartos.

Canastas que, más que victorias, valieron casi medio título para sus equipos. Todos recordaremos aquellas finales del Oeste entre Lakers y Kings, y cómo Horry pulverizaba los sueños de Stojakovic, Webber y compañía. Más tarde le ocurrió a Detroit, en este caso contra los Spurs. Ahí estaba él para anotar ese triple que daría la victoria a su equipo, esta vez en la final de la NBA.

En la NBA actual se echa de menos jugadores de ese estilo. Quizás, el actual Lamar Odom se puede asemejar en su papel de jugador secundario. Pero no hay que dejar de recordar que, junto a Horry, ha habido otros jugadores tan expertos y decisivos en los anillos de sus franquicias como Kerr.

sábado, 7 de mayo de 2011

Adiós a la Reina de Sierra Nevada

(Entrevista extraída del nº3 de aDg: Andalucía, deporte y Gestión).

De los deportistas andaluces por excelencia, María José Rienda ocupa un lugar especial. Subcampeona del Mundo en 2006, la granadina, con una dilatada carrera a sus espaldas, encara la recta final de una temporada que pondrá fin a un ciclo plagado de éxitos.

Álvaro Quirós

En una comunidad autónoma tan deportiva como lo es Andalucía, no podía faltar, en el largo número de deportistas de élite, una esquiadora. Ese honor se lo ha llevado con creces la granadina María José Rienda. Esta granadina de 35 años, ha hecho vibrar a todos los españoles con sus descensos en las distintas pruebas de la que ha formado parte en su larga y dilatada carrera profesional.



La historia de María José Rienda comenzó a los nueve años. Su padre fue contratado para trabajar en la estación de esquí de Sierra Nevada, por lo que se unieron todas las piezas de un puzzle que comenzó a dar resultados en muy poco tiempo. “Empecé una vez que trasladaron el colegio a la sierra. Todos los niños nos fuimos allí y la actividad que se hacía de físico era el esquí”. Una vez más, la tierra daba todo lo necesario para que se forjara una de las grandes del deporte español. “En principio no me propuse ningún reto. Recuerdo que lo que más complicado era llevar todo el material. Hubo muchas anécdotas en esa etapa, ya que mis hermanos y yo también practicábamos esquí, y yo tenía que cuidar de ellos al ser la mayor. Durante uno de esos años vi como mi hermana se clasificaba para los campeonatos de España. Yo estaba en casa en ese momento y para el año siguiente me preparé para que fuéramos las dos. Tengo muy buenos recuerdos de esos campeonatos y pruebas sociales. Empezamos como un juego, pero cuando te vas dando cuenta estas en edad juvenil. A esa edad, con trece o catorce años, gané los campeonatos de España en Andorra, lo que me sirvió para ser seleccionada en el equipo nacional”.


EL GRAN SALTO
La clase y calidad de María José no pasaron de largo para la Real Federación Española de Deportes de Invierno. Todos sus resultados en categorías inferiores, tanto regionales como nacionales, hizo que tras cinco años de entrenamientos fuese convocada para el Equipo Nacional de Esquí. Un conjunto dónde el último referente nacional, había sido Blanca Fernández Ochoa. “Cuando me llamaron la primera vez, tenía tan sólo trece años. Mis padres dijeron que era muy pequeña y no me dejaron ir. Entonces, tuve que estar todo el año detrás de mis padres pidiéndoles que me dejaran ir a Barcelona. Al siguiente año lo conseguí, ellos sabían que me gustaba y no me pusieron frenos. Allí en el CAR de Sant Cugat tuve que llevar mis estudios y el Esquí. Yo lo tuve siempre claro, quería estar ahí”.

Con el equipo nacional, Rienda tuvo la oportunidad de asistir a numerosas pruebas de la Federación Internacional de Esquí (FIS) y de la Copa de Europa. A los pocos años, los resultados fueron llegando por lo que Maria José tuvo la oportunidad de competir en pruebas de la Copa del Mundo, Campeonatos del Mundo y Juegos Olímpicos de Invierno. Su primera aparición en una prueba de este calibre fue en la que ha sido “su” estación durante toda su carrera, Sierra Nevada. El 2 de Febrero de 1994, la granadina saltaba por primera vez a una prueba de eslalon del Campeonato del Mundo. “Era jovencita y apenas me clasificaba, pero con experiencia conseguí hacer resultados y llegar hasta el Campeonato del Mundo de Granada, que fueron espectaculares y no me olvidaré nunca de ellos”.

No quedaría ahí la cosa. Apenas trece días después, la esquiadora granadina participaría en su primera cita olímpica en los Juegos Olímpicos de Invierno disputados en Lillehammer (Noruega). “Sentí alegría, orgullo, y satisfacción de estar ahí. Además de privilegiada porque sólo tenemos cuatro plazas, aunque todas las olimpiadas han sido una experiencia inolvidable. Todas han aportado algo a mi carrera”.

CONFIRMACIÓN Y REFERENTE NACIONAL
Era el momento para que Maria José Rienda tomara los mandos como referente del esquí nacional. Su carrera y su nivel subían como la espuma y los logros fueron llegando poco a poco. En 1996 se clasificó entre las diez mejores del Campeonato del Mundo. Participaciones en las olimpiadas de invierno, Nagano '98, Salt Lake City '02 y Turín '06, esta última como abanderada del equipo español. Además de subir su nivel poco a poco en las distintas pruebas de la Copa del Mundo y de Europa.

Tras quedarse varias veces a las puertas, en el 2003 llegaría subiría por primera vez al podio en una prueba de la Copa del Mundo. Sería en la pista austriaca de Soelden. Rienda repetiría podio dos veces más en esa temporada – Maribor y Are -, acabando en tercera posición de la General de la Copa del Mundo de Eslalon. En 2004, otros dos podios más – Soelden y St. Moritz – hasta llegar hasta la magnífica temporada de 2005-2006. Ese año, Rienda conseguiría la tan anhelada victoria en la prueba disputada en Are (Suecia). Su carrera se disparó en ese momento y los resultados comenzaron a llegar. En diciembre de 2005 volvería a ganar en la estación norteamericana de Aspen, y ya en 2006 lo haría en dos ocasiones en la alemana de Ofterschwang y en la noruega de Hajfell. Todo ello para terminar una temporada como Subcampeona del Mundo de Eslalon Gigante, por detrás de la sueca Anja Paerson, y decimotercera en la general de la Copa del Mundo. Algo que alegró mucho a la granadina, “Antes de estar ganando me tiré muchos años entre las diez primeras y fue una lucha importante, en cuanto a constancia. Luego empecé a coger podios y la verdad que fue una alegría. Junto con Anja Pearson y otras, éramos las mejores, eran unos momentos muy bonitos. Lógicamente cuando coges podios, todo comienza a ser más sonado y supuso un boom, la verdad que fue un momento inolvidable”.

PROBLEMA INESPERADO
Maria José Rienda se encontraba a un magnífico nivel tras el Subcampeonato del Mundo en eslalon gigante conseguido a principios de 2006. Todo iba genial. Hasta que a finales de ese mismo año su rodilla dijo basta. Durante un entrenamiento en Estados Unidos, la granadina vio como la temporada 2006-2007 llegaba a su fin nada más empezar. “Estaba en la mejor etapa de mi carrera, con dos terceros y dos segundos para estar arriba en la general de la Copa del Mundo. Cuando me lesioné, inmediatamente pensé en que tenía que volver. Porque sabía de muchos esquiadores que se habían lesionado y recuperado, para luego volver a las pistas. Estaba convencida de que podría volver otra vez”. Habría que esperar hasta 2008 para ver de nuevo a la subcampeona del mundo en la pista. Alemania fue el escenario de su reaparición ante la expectación de todos. “Estuve bien a los seis meses, pero seguía teniendo problemas en la rótula por lo que llegó la segunda lesión”.

Todas las esperanzas se fueron de nuevo al traste en una nueva visita a Estados Unidos. En el descenso del eslalon gigante de la estación de Aspen, Rienda sufrió una grave caída que se llevó por delante su ligamento interno de la rodilla interna. Era la segunda lesión de la granadina en poco más de un año. Habría que esperar hasta noviembre de 2009 para verla de nuevo en acción. Me convencí de recuperar

EL RESURGIR
La estación austriaca de Soelden sería el escenario de la reaparición de Maria José Rienda a finales de 2009. La granadina conseguiría volver a las pistas después de unos años truncados por las lesiones. “Aquello me alegró mucho y me devolvió la alegría. Supo muy bien, porque después de dos años en blanco, otra vez volver y estar ahí, fue una alegría para todos”. Además, Rienda volvería a sentirse olímpica al competir en 2010 en las olimpiadas celebradas en la localidad canadiense de Vancouver, dónde finalizó en un más que meritorio 38º lugar.

Tras una carrera de más de veinte años ligada al esquí, Maria José Rienda emprende ahora otro nuevo reto fuera de las pistas. “Estos momentos, cuando empiezas a ver que esto se acaba, no son fáciles, porque llevas una vida ligada al alto rendimiento, con veintidós temporadas en el equipo nacional y otras tantas en la Copa del Mundo. Ahora estudio un Máster en Gestión de Entidades Deportivas, porque me gusta la gestión y el deporte”. Por lo que quién sabe si podremos ver a la reina de Sierra Nevada dirigiendo el Centro de Alto Rendimiento de su ciudad, “¿Por qué no?, estaré encantada de ayudar y aportar todo lo que he vivido y que se pueda aprovechar”. Todo ello a base de constancia y trabajo, máximas durante una carrera dónde lo ha conseguido casi todo, “Estoy muy orgullosa de haberlo dado todo y de competir en el Campeonato del Mundo. Estoy muy contenta de todo lo que he podido conseguir”.

Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay quienes luchan toda la vida, ésos son los imprescindibles.

Bertold Brecht